El Sagrera es uno de los mejores cafés de Palma y presenta uno de los requisitos clásicos del bar palmesano: no ofrece nada de comer . Ahora parece que en todos lados hacen "variats", llonguets etc... pero eso es un invento moderno. En los cafés mallorquines se tomaba café ( o sucedáneo) y destilados, quizás alguna cervecita. Luego si los propietarios se cocinaban algo podían ofrecerte algún plato, convirtiéndose coyunturalmente en casa de comidas. Pero nada más
Es por ello que algunas barras como la del Sagrera atesoraban, parapetadas tras un cristal, un par de latas de mejillones o sardinas como si de se trataran de joyas tras un mostrador de Tiffany's. En ningún caso se debe importunar al camarero pidiendo que te abra una lata. Esas conservas son atrezzo puro y simplemente dan caché al local, para que no se pueda decir que no tienen nada de comer. Incluso pedir un bocadillo, (aunque en la pizarra se ofrezca una amplia gama de los mismos), cabreará bastante al propietario.
Una prueba de lo dicho es el hecho de que en esta ciudad se haya sacralizado la "llagosta". El plato señero de la gastronomía cafetera palmesana, que ha dado pábulo a debates, campañas publicitarias, revivals nostálgicos etc... es un trozo de pan con queso ( genérico). Ya está. Que si las "llagostas" del Moka. Que si las del Bosch.
Pan con queso...
"Han venido tres veces a controlar la terraza y comprobar los permisos, pero cuando los necesitas no aparecen, son unos hijos de puta. El otro día en es Port no podía dormir, el perro de un vecino que no paraba de ladrar, y alerta que digas algo. Creo que era de una raza peligrosa. Aunque lo que yo no soporto son esos perros pequeños. El otro día escuché a un chico que lo llamaba "bebé". ¿Qué te parece? "Bebé"!! Y duermen con ellos en la cama y todo. Quin desastre".
"El otro día vinieron unos jóvenes que querían hacer algo moderno aquí, en el bar, me pidieron permiso... A las 5 de la tarde. Yo a esa hora tengo partida, les dije que sí pero me arrepiento. Les tendría que haber dicho que no. No se lo que quieren hacer, pero si me tocan las narices los envío a la puta calle...
Les tendría que haber dicho que no."